Un mundial de Mierda.


 "Este Mundial va a ser una mierda" es un pensamiento recurrente en mi cabeza. En el trabajo, en mi casa, en el colectivo, en reuniones con amigos, incluso un momento después de que abro los ojos a la mañana. La gente está emocionada, la selección ahora es la escaloneta en honor a su director técnico que se apellida Escaloni, que se hizo cargo del puesto cuando las papas quemaban y logró que después de muchas finales perdidas, volviera a levantar una copa. Messi ganó su sexto balón de oro o séptimo, no sé bien, nunca me intereso saber tanto. Si sé, que a sus miles de trofeos puede agregarle orgulloso el de campeón de América.

El país está hundido en una espantosa crisis y es por eso que de forma  casi mecánica la esperanza de que este año tenga alguna alegría, es que la selección sea campeona del mundo. Existe una fe entre brillante y absurda en la gente, pero para mí el mundial va a ser una mierda, y no es porque no crea en ellos, tampoco porque dude de sus capacidades. No. Para mi este mundial va a ser una mierda, aun cuando Messi cruce la cancha de arco a arco solo contra los ingleses, el Dibu Martinez ataje los penales que definan la final del mundo. Incluso si  en el último minuto Di Maria meta un gol olímpico. Para mi el mundial va a seguir siendo una mierda que me va a recordar que ya no voy a oírte explicando porque esa infracción fue un penal, porque Mbappe es bueno, si, pero nunca va a ser mejor que Messi. Porque ya no voy a verte sentado en el comedor con los codos apoyados en la mesa, las manos entrelazadas sosteniendo un cigarrillo entre los dedos mientras te mordes una uña, porqué no vas anudar un repasador para que el arquero del equipo contrario no pueda atajar el penal, ni gritar con tu voz grave los goles, porque ya no vas a hacer muchas cosas que cuando estabas parecían intrascendentes y ahora me faltan. Es por eso que este mundial va a ser una mierda, Papá, porque ya no te tengo.

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