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Mostrando entradas de 2012

Bitácora zombie...

Mi nombre es Ariel Camila Guevara, tengo 23 años, mi nombre tiene un porque, mamá durante su embarazo veía la película de Disney, la sirenita. Le pareció un nombre más que interesante en caso de que fuese mujer, porque claro ella, pretendía gestar un varón. Mi mamá, la extraño. Pasaron 75 días desde la última vez que pude comunicarme con ella. Fue una tarde muy fría de julio, salí de mi trabajo y la llame mientras me dirigía a tomar el subte, me contó que había visto en las noticias que no muy lejos de donde estaba yo. Un hombre ataco a otro y lo mato a mordidas, recuerdo bien que sentí un súbito escalofrío y al instante sonreí “Un Apocalipsis zombie, como de los que Pablo, habla tanto.” “No te preocupes mamá, acá esta todo bien, pero si aparecen zombies les pego un fierrazo y te voy a rescatar, besos. Te amo.” Corte el teléfono y seguí esperando la llegada del tren, me encontraba en pleno regreso cuando al fondo del vagón se oyó claramente el grito desesperado de una mujer, que co...

Etapas.

Se rompe una relación. Reproches, improperios, mudanza, departamento nuevo, muchas lágrimas, amigas que te bancan, más lagrimas, despecho, ropa nueva, peinado nuevo y Leandro. Si, Leandro. Ese vecino que esta muy bueno, pero del que no te percatabas porque seguís llorando por los rincones. El que te saluda todos los días en el ascensor. Ese que te cruzas en el pasillo sin remera, descalzo y en joggineta con un abdomen hermosamente marcado. Acto seguido, te enteras que nadie es perfecto y si lo es, tiene novia. Entonces la conoces y la flaca es simpática, atenta y tiene el cuerpo de una supermodelo.  En consecuencia, te invitan a una cena donde te presentan a Juan, el amigo soltero de la pareja, que no te gusta, por qué claro te gusta Leandro. Te pasas toda la cena evitando el contacto con la mirada libidinosa de Juan que es agradable, usa palabras complejas porque es profesor de literatura y su vocabulario es amplio, cumplió 28 años hace 2 semanas, escribió  un libro que ...

Hermosas intimidades.

“Bien entonces en serio, como que si ya sabemos que no va a seguir siendo no. Para que acercarnos digo para que conocernos, para qué tenerte presente en situaciones que no debería, para qué compartir ciertas intimidades que a mí la verdad, me parecen hermosas si al final del día más allá de lo operativo me terminas marcando hasta donde si y hasta donde no” 

Esperando este momento...

Esa mañana desperté con una decisión tomada, sin pensar si era la correcta o no. En la mochila guarde lo mínimo indispensable, pensando en pasar el fin de semana largo en su casa. Me calcé el jean , las All Star negras, una remera gris gastada, el celular, lo auriculares y mis fieles anteojos de sol, esos anteojos que me hacían sentir invisible. “Estoy saliendo para tu depto, en 2 horas estoy ahí” Fue mi mensaje de texto. En mi mente rondaba la posibilidad de que mi intento fuera frustrado, lo que me llevo a un plan B. Tal vez recorrería la zona, me refugiaría en algún un bar, pediría un café y volvería a casa. Pero todo resulto mucho  mejor de lo que esperaba. Al bajar del colectivo, siempre tan distraída entre mis canciones favoritas del reproductor del celular, su mensaje de respuesta apareció, leyéndolo atónita mis latidos fueron aumentando letra tras letra, era la respuesta que  realmente quería leer. El venia por mi y ni los lentes podían esconder el br...